El miedo es un mecanismo innato y adaptativo del ser humano: es un sistema de alerta, diseñado para advertirnos ante un posible peligro. Nos activa hacia la lucha o la huida.
El miedo, como tantas otras emociones, es útil, siempre que se maneje adecuadamente. ¿Cuándo se vuelve negativo o incapacitante? Cuando se siente con enorme intensidad, ante peligros que no son reales y de una forma tan continua que dificultad la realización de las actividades cotidianas.
Si algo caracteriza el pensamiento infantil, es la fantasía. Los niños dudan entre lo que es real y lo que no lo es y, por consiguiente, no pueden determinar qué constituye una amenaza real y qué no. Esto ocurre hasta que acumula una serie de experiencias y una edad en la que predomina el “realismo” en su sistema de pensamiento.
Las características y necesidades de cada fase evolutiva, nos ayudan a comprender el porqué de algunos miedos infantiles, así como a determinar si son “esperables” o no en cada edad, y si requieren algún tipo de intervención específica. Ésta es la diferencia entre lo que se considera un MIEDO EVOLUTIVO y un MIEDO DESADAPTATIVO.
A continuación, exponemos algunos de esos miedos evolutivos, esperables, sobre los que también pueden establecerse diferencias de intensidad y duración.
0 – 2 años:
Ruidos fuertes
Personas extrañas
Disfraces
Sitios altos
Situaciones o personas inesperadas
Ciertas texturas
Separarse de padres, madres, cuidadores/as
2 – 6 años
Fantasmas
Monstruos
Animales
Oscuridad
Disfraces
Colegio
6 – 8 años
Accidentes
A la muerte
Fenómenos meteorológicos
Miedos médicos: sangre, inyecciones…
Daño físico
8 – 10 años
Al abandono
Al fracaso
A ciertas relaciones sociales
A las críticas
A la separación o al divorcio
A la propia imagen
Al rendimiento académico
Adolescencia Al rechazo
Al fracaso
Al no reconocimiento
A las relaciones sociales
Si observas que alguno de estos miedos se da de una manera muy intensa en tu hijo, o aparece en una edad en la que no es del todo esperable, es importante que te pongas en contacto con un profesional que pueda dar respuestas, de una forma fácil y eficaz.
Un servicio de psicología infantil, como el que tenemos en Pippo (Escuela Infantil de Avenida de América), puede orientaros a la hora de comprender el porqué de ese miedo, y encontrar la mejor manera de acompañar a la familia y al niño en la superación de esta dificultad.