El CONTROL de ESFÍNTERES es, probablemente, la adquisición más compleja para el niño en su primer ciclo de educación infantil.
Su buena consecución depende de 3 factores fundamentales:
-Maduración neuro-fisiológica (tamaño y funcionalidad de órganos implicados, desarrollo de la consciencia de sensaciones corporales…).
-Maduración psicológica (entrenamiento, autonomía, comprensión de la meta…)
-Entorno de apoyo y no presión (modelos, cómo establecemos la rutina del orinal, etc.).
Aún hoy, muchos mitos siguen vigentes sobre la retirada del pañal a los niños, como por ejemplo: que se les debe quitar cuando llega el buen tiempo, que se quita alrededor de los 2 años de edad, que los escapes enseñan a los niños a no hacerse pis encima, que hay que enseñarles a que “pidan el pis” … Afirmaciones, todas ellas, ajenas a la individualidad, la biología y el respeto que implica este proceso.
En la Escuela, trabajamos 4 puntos esenciales junto a las familias:
- Fomentar la autonomía y la implicación del niño respecto a este aprendizaje desde el principio (orinal muy sencillo, ropa cómoda, comenzar a una determinada edad, fomentar el autoconocimiento y la autoestima...).
- Llevar a cabo un entrenamiento concreto, progresivo, consistente y coherente.
- Emplear correctamente los refuerzos (cuáles, cuántos, cuándo).
- Observar los progresos del niño para averiguar cuál es “su momento de dejar el pañal”, sabiendo acompañar su ritmo con paciencia, sin imposiciones ni presiones.
En este sentido, la guardería constituye una ayuda muy significativa, tanto para los niños como para las familias: trabajando de una forma conjunta este hito evolutivo ¡todo es más fácil! Además, haciéndolo de esta forma, se logra prevenir, en un altísimo porcentaje, los llamads “trastornos de la eliminación”, como la enuresis (escapes diurnos/nocturnos de pis) o la encopresis (escapes de heces).
